El robot del embalse de Bellús
¿Sabías que el Embalse de Bellús cuenta con una pequeña embarcación autónoma que navega sus aguas día y noche?
Forma parte de un proyecto piloto de la
Ministerio de Transición Ecológica para analizar la calidad de las aguas del
embalse y estos días tiene trabajo extra.
Se trata de un dron-barco, un moderno sistema que
monitoriza y transmite de forma continua y automática datos sobre temperatura,
oxígeno, conductividad, pH o clorofila en el agua.
Su objetivo: analizar la actividad biológica en el
embalse.
Más concretamente, analizar la presencia de unas algas
potencialmente tóxicas
que perjudican al ecosistema del embalse.
Hablamos de las cianofíceas, unos organismos
unicelulares que crecen en condiciones extremas y cuya floración genera múltiples
problemas en el agua.
Las cianofíceas son las causantes de la coloración verdosa de las aguas de
Bellús.
Habitan a distintas profundidades de la columna de
agua y suben a la superficie para alimentarse.
Su principal peligro llega cuando mueren: liberan
toxinas muy perjudiciales para la salud.
El sistema de monitorización tiene trabajo extra
durante estos días
debido a las lluvias y al desembalse técnico realizado en Bellús.
Las entradas y salidas del embalse suponen una
renovación del agua acumulada que se traduce en cambios positivos en la calidad
del agua.
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