Los montes de la Comunidad Valenciana tienen "un gran combustible para arder"
Máxima alerta por riesgo de incendios. La ausencia
de lluvia no solamente es preocupante para el campo o para las reservas
hídricas, también para nuestros montes que presentan un nivel de sequedad
extremo que hace que la vegetación esté a mediados de noviembre como si de
pleno agosto se tratara y eso puede provocar que cualquier descuido pueda ser
fatal e iniciar un fuego que arrase nuestra naturaleza.
Así lo ve en COPE el jefe de la sección forestal de
los Bomberos de Castellón, Fernando Pérez, al advertir que "el combustible
está muy disponible para arder" pese a que "estamos fuera de la época
de máximo riesgo, pero los datos que nos da el combustible es que estamos en
condiciones de final del verano".
Los bomberos creen imprescindible cambiar los
mecanismos de prevención que conocemos con tal de reducir los riesgos para las
personas y también proceder a mantener los cortafuegos con tal de facilitar el
acceso al fuego cuando se produzca y que en muchas ocasiones se encuentran abandonados.
"Se pueden hacer tratamientos selvícolas,
protección a las urbanizaciones del interfaz urbano-forestal" y recuerda
que "nuestra prioridad es salvar vidas y las viviendas y después el
monte". Por ello, señala que "muchas veces tenemos que desviar recursos
para salvar a las personas y el fuego comienza a correr".
Considera el jefe de la sección forestal que es un
problema que "cada día hay más abandono de terrenos y la vegetación invade
más zonas de manera descontrolada y propicia que el monte sea más un
polvorín".
Y así, con un riesgo extremo encaramos un fin de
semana muy complicado para los montes de la provincia de Castellón dado que
regresa el viento de poniente que hará que las temperaturas sean mucho más
altas de lo que sería habitual para esta época del año. De hecho, las
temperaturas más altas de España está previsto que se registren en Castellón y
en general en la Comunidad Valenciana, pudiendo superar los 28º.
Se dan los condicionantes para sufrir un incendio de
grandes dimensiones en caso de que se produzca un fuego, lamenta Pérez.
"Estamos con un 40% menos de precipitación y la poca que hemos tenido se
concentró en junio. Aquí llegan vientos de poniente que hacen subir la
temperatura y la velocidad del viento y bajar la humedad, que son condiciones
muy propicias para que cualquier incendio se desarrolle", concluye.
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