"Es evidente que hay un pirómano obsesionado con quemar el Saler"
El incendio de la noche del miércoles en el Saler ha
terminado de inquietar a los vecinos. Son seis incendios y dos conatos en tres
meses. Se intuye premeditación y alevosía, porque todos los focos prendieron en
puntos estratégicos de fácil salida. Y tratándose del pulmón verde de València,
nadie se lo explica: "No me cabe en la cabeza que las personas sean tan
malvadas de acabar con la naturaleza", lamenta Ana Gradolí, presidenta de
la Asociación Vecinal del Saler. "No hay duda de la intencionalidad. Corre
riesgo el monte y corremos riesgo las 1.500 personas que vivimos aquí. Son
muchas vidas".
De todos los incendios, este último localizado en la
rotonda de acceso a la playa de la Garrofera, entre la Casbah y Les Gavines, y
formalmente extinguido a a las 9.48 de la mañana ha sido el más aterrador
debido a las fuertes rachas de viento, la extensión calcinada —unos 3.000
metros cuadrados— y la cercanía con las viviendas. Amparo Ferrandis vio las
llamas desde su balcón, a escasos 100 metros. "Fue dantesco. Ardían los
árboles y las pavesas que saltaban seguían quemando vegetación. Estamos
asustados porque es evidente que hay algún pirómano con la obsesión de quemar
esto. Los accidentes ocurren en un contexto de aumento del calor, pero tantos
fuegos seguidos nunca lo habíamos visto" / LEER NOTICIA COMPLETA
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